Viene abril y, ¿qué hace? En dos razones
viste a un rosal de hojas que ha tejido
y luego toma y dice: «Este vestido
tiene ojales; pues démosle botones.»
Dáselos, y los rompen a empujones
las hormillas, que el tiempo ha colorido,
ascuas hoy, que la púrpura ha encendido
de los que eran ayer verdes carbones.
Nace la rosa pues y, apenas deja
el botón, cuando un lodo la salpica,
un viento la sacude, otro la acosa,
ájala un lindo, huélela una vieja
y al fin viene a parar a la botica;
si esto es ser rosa, el diablo sea rosa.
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