¡Columna de zafiro, bordada de arabescos,
reaparece! Se vuelan los remeros del nido;
de tu frente ceñida de azur hasta tu planta
de granito la púrpura de Judea se despliega.
Si ves a Benarés acodada en su río,
desata con tu arco de oro bruñido el torso
pues soy el buitre que vuela sobre Patani,
y el mar está inundado de mariposas blancas.
¡Lanasá! ¡haz que flote en las aguas tu velo!
Da las flores de púrpura al curso del arroyo.
La nieve del Catay ya cae sobre el Atlántico.
Mientras, la del bermejo rostro sacerdotisa
bajo el arco del sol todavía duerme,
y nada ha molestado al pórtico severo.
Versión de Aníbal Núñez
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