Como la fruta original tú tienes
duplicidad de hieles y panales.
Eres todos los Males y los Bienes,
sin saber de los Bienes y los Males.
Buscando paraísos terrenales,
discurrí por tus núbiles edenes,
y al hollar de vaivenes tus rosales
hallé todos los males y los Bienes.
Al amparo de signos augurales,
diademó la inocencia de tus sienes
un gajo de las ciencias primordiales;
y, así, otra vez, a mi reclamo vienes,
trayendo en tu querer todos los Bienes,
y en tu beso fatal, todos los Males.
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