A un lado está la selva de los tigres
al otro
las langostas
debajo te estremece
el foso más cruel
el de los cocodrilos
un montículo triste de palabras
nacidas a deshora
por encima te espera
y en el centro estás tú
-asómate
ésa eres-
detenida en la cámara implacable
la inmóvil
la que busca
-quién sabe si no en vano–
un manantial que brote entre sus muros
Añadir un comentario