La muchacha sentada
sobre las grandes nevadas de no sé qué
descubre la más sencilla audacia
y se envuelve con una capa de pies
ligera como un sombrero de verano
Un carillón holandés en lugar de su sexo
capta los últimos rumores de la ciudad
Si muriera
los primeros pudores del pastor
caerían en el estanque
que se ensuciaría
y el cortejo de sordos y lisiados
corroería los últimos elementos.
Versión de Cesar Moro
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