No les bastó el sudor de los obreros
no les bastó el llanto de las madres
querían inundar tus orejas con viudas
querían asfixiarte con cadáveres
Te soñaban ‘Museo Nacional del Genocidio’
‘Espejo del Horror’
‘Lámpara de Sumisión’ te soñaban
Y vos siempre vecino de los miserables
anunciando el mar con tu sombrero de ninfas
hermano del invierno y de su furia
fuiste fluyendo hasta todos los puertos del mundo
llevando en tus bolsillos
todo el humus amor de nuestros errantes cadáveres
toda las imple agonía de tu pueblo en llamas.
septiembre, 1989
*(ACELGUATE: RÍO DE EL SALVADOR)
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