Ahora que está lejos soñándose a sí misma
quieres entrar de nuevo
y que nada diga.
Que nunca sepa que vienes de mundos
donde un emperador hierve
rodeado de eunucos
y los rostros centenarios de sus concubinas.
Entra en ella
buscando el rostro y la carne
que no volverán.
Añadir un comentario