¿La conoces tú, Dafne, esa vieja romanza
al pie del sicomoro… bajo moreras blancas,
bajo el llorón olivo, o los sauces temblones,
esa canción de amor que siempre vuelve a empezar?
¿Reconoces el templo del peristilo inmenso,
los limones amargos donde imprimías tus dientes,
y la gruta fatal de huéspedes incautos
do duerme la semilla de la sierpe vencida?
¿Sabes por qué el volcán se ha abierto allá de nuevo?
¡Un día lo tocamos con nuestras plantas ágiles,
cubriendo el horizonte lejano con su polvo!
Desde que rompió un buques nuestros dioses de arcilla,
siempre bajo la palma de la urna de Virgilio
se unen al laurel verde las pálidas hortensias.
Versión de Aníbal Núñez
Añadir un comentario