Mientras tu canto resuena,
yo pienso en la patria mía…
Por sólo enterrar mi pena
en tus orillas de arena,
vine de mi serranía.
Vine por dejar mis males
en tus hondos arenales…
Mas, a tu abierto horizonte,
prefiero mi oscuro monte,
y a tus algas, mis rosales…
No cambio mis negras frondas
por tus aguas de colores;
mas vine a oír sus rumores,
porque dicen que tus ondas
curan los males de amores…
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