Una historia narcótica empapa
a esta ciudad suspendida en la nada.
¿Qué sueño no se oxida en este invierno,
donde segregan voces los silencios
y la ceniza acalla en vez las voces?
A solas extendemos, para que se oiga lejos,
entre la retractación de los espejos,
la inútil lealtad de nuestro viaje.
Se llevará un naufragio su mensaje.
Todo es península, para quien sabe,
en su camino oculta, hiedra o mina.
Sea la niebla aliada y no enemiga.
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