¿Pero dónde, dónde has de compartir mi nada, mi momento
de magia novicia del humo que en vilo remontará
la altura fehaciente de los universos? ¿Dónde el secreto
azaroso de mis restos moverá un espasmo al pasar
como caricia sin víspera tus desahogados cabellos?
¿No hay en el amor una danza que sugiere el más allá?
¿Eres sólo estatua de ritmos, hielo espléndido de un cuerpo
que mis manos nombran en el tacto y elevan en su fuego?
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