América, te percibo con el dedo
de los pobres,
desde tu íntimo deseo de ser mano.
Te percibo madre-padre de los que de ti
fueron arrancados.
Tu tierra ha ido puliendo
la nostalgia, día tras día,
hachazo, guaro, mujer pendiente.
Hijos del cacashte antiguo
de tus ídolos.
Hermanos de este Cristo tan hecho
a la medida de tus clavos.
Y tú, apenas hoy te levantas
para decirnos: buenos días, muchacho,
Qué haces?
Muchacha, buenos días, Duermes?
Duermen todos?
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