Espera en aquel banco
que llegue hasta ella un ángel
-soy el único
(y no soy de este mundo)
que se sienta a su lado y no pregunta nada-.
vuelve y ya no está ella:
y le hace reverencias a su ausencia brillante.
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Espera en aquel banco
que llegue hasta ella un ángel
-soy el único
(y no soy de este mundo)
que se sienta a su lado y no pregunta nada-.
vuelve y ya no está ella:
y le hace reverencias a su ausencia brillante.