La sonrisa de las neveras me aniquila.
¡Qué corrientes por las venas de mi amada!
Oigo ronronear su gran corazón.
Conjunciones y signos de porcentaje
exhalan sus labios, como besos.
En su mente hoy es lunes: la moral
se lava y se presenta ante mis ojos.
¿Cómo interpretar tales contradicciones?
Llevo puños blancos, me inclino.
O sea: ¿es amor esta roja tela
que fluye de la acerina aguja y vuela tan cegadoramente?
Con ella haré vestiditos y abrigos,
y vestiré a una dinastía entera.
Cómo se abre y ciérrase su cuerpo:
¡un reloj suizo, y con rubíes en los goznes!
¡Ay, corazón, qué desbarajuste!
Las estrellas pasan centelleantes como agoreros números.
ABC, dicen sus párpados.
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