Aprendo el mundo. Él va afilando mi hoja.
Soy la guadaña del vagar culpable,
acero contra acero y llama contra llama.
Siempre la sucesión y el nacimiento,
siempre la voz, siempre la vena abierta,
la sangre antigua que renueva el canto,
¿Quién tendrá la victoria? A la puerta del tiempo
oigo llamar a gentes invisibles.
Todos son yo a edades diferentes.
Aprendo el mundo. Me presenta rostros.
Los más enamorados son sombras para mí.
Mi mano va quitándoles sus máscaras.
Cuando en lo más lejano, después de la prehistoria
me vea tal y como soy en sueños,
arrancaré mis falsas evidencias.
Aprendo el mundo en ásperos estudios.
Yo soy mudo, recibo la palabra.
Amo a veces la hoja que me hiere.
Versión de Enrique Moreno Castillo
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