¿Dónde estás, Ariadna mía?
¿Dónde está tu ovillo mágico?
Yo me extravío en este laberinto
Y sin ti he desfallecido.
Mi antorcha se extingue
La angustia me aprisiona
Sólo recurro a la ayuda
De tu fuerza y sabiduría.
Aquí hay muchos senderos, pero no hay luz,
Y no se ve el camino.
Es terrible y difícil en el desierto
Ir al encuentro de la oscuridad.
Las sombras de las víctimas anticipadas
Están frente a mí.
Sus heridas se ven terriblemente abiertas
Y sus ojos arden tenebrosos.
¿Dónde estás, Ariadna mía?
¿En dónde tu hilo conductor?
Sólo él puede ayudarme
A abrir la puerta de este laberinto.
Versión de Jorge Bustamante García
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