Estoy cansado de haber soñado pero no cansado de soñar
F. Pessoa
Quema las fotos de los álbumes,
si tienes,
y rompe los espejos de la casa.
Cierra los armarios con sus llaves
y tíralas al pozo del olvido.
Que tus vecinos no vean
la luz en las ventanas,
ni salgan mensajes de duda
con el humo de tu chimenea.
Cámbiate a un nuevo lugar y sigue
contemplando a tu vez la diferencia
entre el hombre y su sueño de más vida.
Volverás tranquilo y solo
a pasear por las calles extrañas,
pues no te habrá de delatar
tu rostro turbio de actor secundario.
Las puertas a escena
pocas veces se abren.
Deshazte para siempre del guión
y exhibe en la bandeja tu cabeza sangrante.
Lo que pudo ser no ha sido.
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