Se me muestra difusa
la luz azul del puerto,
los taxis amarillos
en los que nos amamos.
Recuerdo la propina
absurda entre las risas:
«Por favor, otra vuelta
para aplazar la muerte».
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Se me muestra difusa
la luz azul del puerto,
los taxis amarillos
en los que nos amamos.
Recuerdo la propina
absurda entre las risas:
«Por favor, otra vuelta
para aplazar la muerte».