Aún así seguiré en este mar interminable
de silencio de besos que te tocan.
La misma soledad que se detiene
en el inmenso abismo en que te sueño,
esclavo aún de mí, de mis infiernos.
Deseo alzar los pies pero la tierra
no para de empapar atravesando
con su lento rocío mi cuerpo de cristal.
Añadir un comentario