Que no puedo, digo,
Que no aguanto
esta ave podrida que me ronda aúlla muerde,
esa isla paridora de augustos esqueletos,
esta hedionda, matutina bocanada
que bautiza mi aire de pezuñas y baba.
Supremo cielo de espinas en que vivo.
Única región florida del mundo en donde llueve alfileres.
Que no oyen, pregunto
Que no oyen
el vuelo
de este país
que
cae
-mitad águila mitad carroña-
bajo el peso de su silente gusanera?
Añadir un comentario