Ayer por la noche quise tomar un comprimido para dormir; me he dicho que si tomase más, dormiría mejor,
y que si los tomase todos, dormiría, sin sueño, sin despertar, estaría muerta. (Llora.)…
He tomado doce…en agua caliente…
…….Como una masa. Y he tenido un sueño. He soñado lo que es. Me he despertado sobresaltada, muy contenta
porque era un sueño; y cuando he sabido que era verdad, que estaba sola, que no tenía la cabeza encima de tu
cuello y de tu hombro y mis piernas entre las tuyas, he sentido que ya no podía, que «no podía» vivir….,
ligera y fría, y ya no sentía latir mi corazón y la muerte tardaba en venir; y como tenía una angustia espantosa,
al cabo de una hora he telefoneado a Marta. No tenía valor para morir sola…. Querido……Querido……
Eran las cuatro de la mañana. Ella ha llegado con el médico que vive en su inmueble. Tenía más de cuarenta.
Parece ser que es muy difícil envenenarse y que siempre se equivoca uno de dosis. El doctor ha hecho una receta
y Marta se ha quedado conmigo hasta esta noche. Le he suplicado que se marchase porque tú habías dicho que
telefonearías una última vez, y tenía miedo de no poder hablar libremente……
Muy, muy bien….. En absoluto…. Si, es verdad……. Un poco de fiebre , treinta y ocho y tres ; era cosa nerviosa….
………¡No te preocupes!…… ¡Qué torpe soy! Me había jurado no darte inquietudes, dejarte marchar tranquilo, decirte:
«¡Hasta la vista!», como si tuviésemos, que volver a vernos, a encontrar mañana…….
……Tonta que es una…….¡Sí, sí, tonta!…….. Se hace duro el volver a colgar, quedarse en la oscuridad………
……… (Llora.)…….¡Oiga! Creí que habían cortado………….. Tú eres bueno, querido………. Mi pobre amorcito al que
he hecho daño……… Sí, habla, habla, di cualquier cosa……….. Sufría hasta retorcerme por suelo y ha bastado que hables
para que me sienta bien, para que cierre los ojos. ¿Sabes?, algunas veces cuando estábamos acostados, y yo tenía mi
cabecita en su sitio, con el oído junto a tu pecho, y tú hablabas, yo oía tu voz, la misma exactamente que esta noche
en el aparato……….¿Cobarde?……….Soy yo la Cobarde. Me habla jurado…..
yo…………¡De ninguna manera! Tú, que……., tú………, tú, que no me has dado siempre más, que felicidad………
…………Pero, querido, te lo repito; no es exacto. Puesto que yo sabía («yo sabía»), esperaba lo que ha ocurrido.
Mientras que tantas mujeres» imaginan Pasar su existencia junto al hombre a quien aman y se enteran de la ruptura
sin preparativos, «yo sabía»…………………………………….. Ni siquiera te lo había dicho nunca; pero, fíjate, en casa de la
modista, en una revista, vi tu fotografía………..Encima de la mesa…bien abiertas las páginas por su sitio…….
Es humano o más bien femenino………..Porque yo no quería estropear nuestras últimas semanas………, no,
completamente natural………… No me hagas mejor de lo que soy…………….. ¡Oye! Estoy oyendo música………….
Digo que oigo música……………Venga, deberías golpear en la pared e impedir que esos vecinos toquen el gramófono
a estas horas. Han cogido esas malas costumbres porque tú nunca vivías en tu casa……….
…………Es inútil. Por lo demás, el doctor de Marta vendrá mañana………. No, no, querido. Es un médico muy bueno,
y no hay razón alguna de que le ofenda mandando venir a otro…….. No te preocupes….. que sí…….. que sí……….
Ella te dará noticias………………………..
…………..Comprendo…………………Comprendo…………………. Además, esta vez soy valiente, muy valiente……….
…..¿Qué?………….¡Oh!, sí, mil veces mejor. Si no hubieses llamado, estaría muerta……………..
No…………….espera ,……………….. espera………………………… Encontremos un medio………….
(Recorre la habitación de punta a cabo y su dolor le arranca lamentaciones.)
Perdóname. Yo sé que esta escena es intolerable y que tienes mucha paciencia, pero compréndeme; yo sufro, sufro.
Este hilo es el último que me une todavía a nosotros………………..
………………………..¿Anteayer por la noche? He dormido. Me había acostado con el teléfono…………..
No, no. En mi cama………… Sí, ya lo sé. Soy ridícula, pero tenía el teléfono en la cama porque, a pesar de todo, estamos
unidos por el teléfono. Llega hasta tu casa y, además, tenía la promesa de tu llamada. Así que figúrate que he tenido un
montón de sueños. Esta llamada era un verdadero golpe que tú me dabas y yo me caía, o bien un cuello, un cuello que
se puede estrangular, o bien yo estaba en el fondo de un mar que se parecía al piso de Auteuil, y yo estaba unida a ti por
un tubo de escafandra y te suplicaba que no cortases el tubo; en fin, sueños estúpidos si se cuentan; únicamente que en
el sueño tenían vida y era terrible…………
Porque tú me hablas. Hace cinco años que vivo de ti, que tú eres mi aire respirable, el único; que paso el tiempo
esperándote, creyéndote muerto si te retrasas, muriéndome por creer que estás muerto, reviviendo cuando entras y
por fin estás aquí, muriéndome de miedo cuando te marchas. Ahora tengo aire porque tú me hablas.
No es tan tonto mi sueño. Si cortas, cortas el tubo…………………………..
…….De acuerdo, querido; he dormido. He dormido porque era la primera vez. El médico lo ha dicho: es una
intoxicación. La primera noche se duerme. Y además el sufrimiento distrae, es completamente nuevo, se soporta.
Lo que no se soporta es la segunda noche, ayer, y la tercera, esta noche, dentro de unos minutos, y mañana,
y pasado mañana, y días y días…, ¿qué va a hacer una, Dios mío?……..
Ayer por la noche de Jean Cocteau
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