En donde la sonrisa es un suceso,
agresor el contorno de castigo,
el labio al rastrear, como enemigo,
la mordida ritual y nido el beso,
en donde tiembla el corazón opreso
porque al salirse quiere estar conmigo,
de otra finalidad su fin desligo:
forjada solamente para el beso.
Y sube el beso a tientas escalones
de miedo entre las vértebras oscuras
y se llena de eléctricas razones
al llegar de tu boca a las alturas.
¡De par en par se abran los pulmones
por alargar la dicha que inauguras!
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