Toma la copa de mi corazón
y bebe.
De su cuenco de sombra
paladea
las centellas airosas que me cruzan,
desde el rojo voltaje de sus nervios,
el sabor de mi centro.
Toma mi corazón,
y sorbe
su resentimiento en las rocas,
la espumosa alegría de la mañana,
el dulzor sentencioso de las despedidas,
al atardecer.
Entre tus labios
toma el borde de mi corazón
y saborea
el astringente bouquet de mi secreto.
Si tan siquiera hubiese algo que beber
yo te diría:
toma la copa de mi corazón,
y bebe.
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