Aunque tuvieras, poeta,
un castillo en una cumbre,
un salón lleno de lumbre
y un gran sillón de vaqueta;
al llegar la noche quieta,
sobre mi hastío de pie,
me diría: bueno, ¿y qué?
y componiéndome el talle
me largaría a la calle,
a la calle y al café.
Comentarios sobre el poema
La penúltima línea la conocía de otra manera
Y tras abrille y cerralle
Me largaría a la calle
A la calle y al café
Juan Carlos Varela