En el velo de Urca arde el deseo
y una voraz quietud
altera
los acuerdos,
su delgada rutina
Y por último, el mar
que NO responde al NIÑO
EXTRANJERO
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En el velo de Urca arde el deseo
y una voraz quietud
altera
los acuerdos,
su delgada rutina
Y por último, el mar
que NO responde al NIÑO
EXTRANJERO