¿Camino de partida o de venida
es éste en donde estoy desatinada
con un pañuelo ausente de señal?
No sé si voy o vengo pues son vagas
las sombras de los hombres y mujeres
que dejan tras mis huellas sus pisadas.
Atiéndeme Señor y dime adónde
bajo el chubasco voy descarriada.
¿A cuál de tantas puertas llamaré?
¿Por quién preguntaré? ¿Seré hospedada
cuando el relámpago mi rostro alumbre?
¿La gente me dará la tibia manta,
el té, la charla y buena despedida?
Yo sólo aguardo en estas horas vagas
llegar a medianoche a mi destino.
¡Mas heme aquí una estatua extraviada!
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