Si ya la mañana sonríe en el valle,
¿por qué no has abierto tu cáliz de flor?
¿por qué estás dormida, cuando ha despertado
la blanca gardenia que estaba en botón?
¿Será tan profundo tu sueño que no oigas
que todo a tus puertas te canta a una voz:
mi espíritu ardiente y el ave del cielo,
la fresca corola y el rayo del sol?
La rosa te dice: «¡yo soy el perfume!»
El día te dice: «¡yo soy la ilusión!»
La alondra te dice: «¡yo soy el gorjeo!»
Y mi alma te dice: «¡yo soy el amor!»
Versión de Salvador Díaz Mirón
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