Abriré las ciudades
por si hay
una silla vacía
en los ojos cerrados del futuro.
Abriré las palabras
por si llego
a una luz y a una mesa
en los ojos insomnes del pasado.
Y abriré
la piel de un ruido,
la bóveda de un eco,
el tejdo con hierbas de mi casa.
Quiero estar en nosotros,
quiero volver al río y a los álamos,
descubrir lo que queda,
lo que falta.
Aire
para los aires de mi sombra,
humor de tinta azul en los abismos,
campanas de cristal
sobre la incertidumbre.
Con el filo
de una antigua quimera,
abriré las ciudades, las palabras.
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