En la Primera Comunión de Sebastián
El cuerpo y la sangre de Cristo
Amén.
Buscando la vida eterna
empiezan por saborear
el cuerpo de Cristo
y terminan
comiéndose los unos
a los otros
sin la menor piedad.
Antropógagos de Dios
lo poseen
ventrílocuos de Dios
usurpan su palabra
bufones de Dios
se rien en su cara.
Con un hambre feroz
despedazan
su cuerpo a mordidas
y lo saborean
hasta llenar
su más putrefacta
entraña.
Lo degluten
hinchan las venas
con su sangre
viven de su cuerpo
del cuerpo de Cristo
que dicen que somos
todos.
Amén.
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