Rendida por tu luz, por tu grandeza,
brazo crepuscular, espacio enhiesto,
cuerpo de la memoria manifiesto
en las lides de amor: arte y nobleza,
cóncava identidad a tu belleza
se te ofrece y reclama, bien dispuesto.
Debes hendir gallardo, tierno, apuesto
para velar tus armas con destreza.
Armado caballero en la colina
del monte donde fue reina y señora
digna Venus triunfal, dale contento
con sabio gesto a la oquedad divina.
No dudes sumergirte sin demora
en tan filosofal conocimiento.
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