¡Cuántas veces ha venido a visitarme
en una noche oscura como su cabello,
y se ha quedado junto a mí
hasta la aurora, clara como su rostro!
Bebíamos juntos
y era el amor udrí nuestro tercero
cuando el vino asaltaba mi razón
lo mismo que sus ojos;
mas era casto como lo es un hombre de honor
en la plenitud de sus fuerzas:
la castidad es virtud
cuando el hombre está lleno de vigor.
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