Como el rayo de luna en la palmera,
con la voz de la noche clara y fría,
con el olor del mar en la bahía,
con el rumor del agua en la pradera.
Con la alborada y con su luz primera,
con el dorado ardor del mediodía,
y con esta pasión de la voz mía,
te llamo y te reclamo por doquiera.
Te llamo con la calma y con la brisa,
con la piedra, la flor, la lluvia, el trigo,
te llamo con el llanto y la sonrisa,
como el enamorado y el amigo,
con orgullo y piedad, que tengo prisa,
que tengo prisa por estar contigo.
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