¿Cómo podrá premiar el bajo suelo,
subjeto al corto término de vida,
obra tan encumbrada y tan subida
que a su fin principal no abarca el cielo?
El premio, pues (divino Ponce), délo
el que, bajo accidentes de comida,
a tus manos se rinde y te convida
con el disfraz del delicado velo.
Que tu subtil labor y heroico estilo,
donde (cual muro oculto) so la yedra
más con su fortaleza reverdece,
o cual bajo la cera está el pabilo,
en rica guarnición la árabe piedra,
estando Dios, no sé qué más merece.
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