Cuando el Señor, la mano fatigada
de modelar en barro las figuras,
quiso formarle a él, notó que el barro
era muy poco, preparó el que había
para plasmarle, y meditó un momento:
«Con el poco de barro lo haré enjuto,
pero lo apretaré con energía;
lo haré delgado, resistente, como
vara de acero».
Realizó la obra;
y después coronándola de gracia
para suplir la ausencia
de robustez, le transmitió un espíritu
de los mejores, y quedó gozoso:
a falta de la fuerza del atleta,
dotóle del poder maravilloso
de la inmortalidad: ¡Lo hizo poeta!
Comentarios sobre el poema
Amanecisteme a un nuevo día y día soñado, que alegría.
Hallasteme languidecido en mi penuria, era menester ser hallado.
Atravesando el decurso tu resplandor es inseguro… ¿porque existen barreras que impiden tu brillo?
Si fui hallado por ti; tú matriz para eso te envió; para existir y fundirnos en gente, para dejar de dormir.
Pedro Josué Díaz Roldán