La mano es la que recuerda.
Viaja a través de los años,
desemboca en el presente
siempre recordando.
Apunta, nerviosamente,
lo que vivía olvidado,
la mano de la memoria,
siempre rescatándolo.
Las fantasmales imágenes
se irán solidificando,
irán diciendo quién eran,
por qué regresaron.
Por qué eran carne de sueño,
puro material nostálgico.
La mano va rescatándolas
de su limbo mágico.
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