De chinches y de mulas voy comido,
Las unas culpa de una cama vieja,
Las otras de un Señor que me las deja
Veinte días y más, y se ha partido.
De vos, madera anciana, me despido,
Miembros de algún navío de vendeja,
Patria común de la nación bermeja,
Que un mes sin deudo de mi sangre ha sido.
Venid, mulas, con cuyos pies me ha dado
Tal coz el que quizá tendrá mancilla
De ver que me coméis el otro lado.
A Dios, Corte envainada en una villa,
A Dios, toril de los que has sido prado,
Que en mi rincón me espera una morcilla.
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