Durante aquella hora, quien se halle en el terrado
no retorne a buscar sus muebles bajo el techo,
pues ?de dos en un campo? uno será librado
y el otro abandonado. (O de dos en el lecho.)
Dos mujeres moliendo, bien que trabajen juntas,
una será elegida, la otra rechazada.
Huelgan disquisiciones e inútiles preguntas
porque el Señor lo ha dicho: Su Palabra está dada.
(Soñamos el milagro: la que elige el Señor
apresa de la mano ?por llevarla consigo?
a la otra en abandono, y pone tal fervor
en librar aquel ser del eterno castigo,
que Dios, al verla, dice: ?La ha salvado tu amor.
Puedes venir con ella. Y ella venir contigo.)
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