Clavar victorïoso y fatigado
Al español Adonis vio la Aurora
Al tronco de una encina vividora
Las prodigiosas armas de un venado.
Conducida llegó a pisar el prado,
Del blanco cisne que en las aguas mora,
Su venus alemana, y fue a tal hora,
Que en sus brazos depuso su cuidado.
«Este trofeo dijo a tu infinita
Beldad consagro»; y la lisonja creo
Que en ambos labios se la dejó escrita.
Silbó el aire y la voz de algún deseo,
«¡Viva Filipo, viva Margarita,
Dijo los años de tan gran trofeo!»
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