A Unica Zürn
y Luisa Castro
Noche profunda de luna acuática y ballenas.
Escuchas
cómo nutre a las piedras esta luz aturdida;
el viento tiembla
-tremor de lecho sobre el lomo del mar-
entre sus lentas fauces
otras voces rozan apenas tu pozo de ansiedad,
leve murmullo.
Profunda luna de noche acuática y ballenas.
La claridad renace como una grieta en la penumbra,
tal vez desciende del otro lado
de unas manos abiertas para ti,
la densa irrealidad que tibia ondea
tu sueño más anónimo.
Y aún seguirás en la playa
a la hora en que se duerman los albatros,
predestinada a recoger eternamente la lujuria del agua
y un laberinto de algas ascendiendo a tus sienes
cuando toda la sed es muerte inaplazable.
Oyes tu desnudez,
oyes nadar más lejos su imperio ensimismado
-la luna está besando sus grandes ojos tristes-
y susurras un nombre: «Moby Dick»
con el agua en los labios,
ahora que todavía sabe a sal su piel de luna
más profunda de noche acuática y ballenas.