De «Simone» de Remy de Gourmont

La Iglesia

Simone, me parece bien. Los ruidos de la noche
son dulces cual un cántico cantado por niños;
la oscura iglesia semeja un viejo «manor»;
las rosas tienen un grave aroma de amor e incienso.

Me parece bien, iremos muy serios, lentamente
nos saludará la gente que regresa de los prados.
Abriré la valla a tu paso
y el perro nos seguirá un buen rato con sus ojos tristes

Mientras tú reces, yo soñaré en los hombres .
que construyeron estos muros, el campanario, la torre,
la pesada nave semejante a una bestia de carga,
cargada con el peso de nuestros pecados cotidianos.

Cuando regresemos, Simone, será noche cerrada;
semejaremos fantasmas bajo los abetos,
pensaremos en Dios, en nosotros, en muchas cosas;
en el perro que nos aguarda, en las rosas del jardín.

Versión de L. S.

* * *

La nieve

Simone, la nieve es blanca como tu cuello,
Simone, la nieve es blanca como tus rodillas,

Simone, tu mano está fría como la nieve,
Simone, tu corazón está frío como la nieve.

La nieve no se funde más que a un beso de fuego;
tu corazón no se funde más’ que a un beso de adiós.

La nieve está triste sobre la rama de los pinos,
tu frente está triste bajo tu pelo castaño.

Simone, tu hermana la nieve duerme en el patio,
Simone, tú eres mi nieve y mi amor.

Versión de L. S.

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