Para el poeta Carlos Montemayor
Cuento las horas: fuga indetenible,
vendado navegar en mar sin agua:
incesante caer de vida inerte
en el hambre insaciable del vacío,
Cuento las horas: gotas agotadas,
creciente angustia en resignado avance
que rueda en la cascada del olvido;
rostros que emigran y no vuelven nunca.
Ya se acerca el final. ¡Playa a la vista!
La orden de bajar vibra en el aire.
Debo llegar… Pero llegar ¿a dónde?
y si llego sin mí… ¿para qué llego?
Crece mi duda ante el dilema trágico
en que debo sufrir el desenlace:
de abandonar mi cuerpo a la deriva,
o morirme con él, eternamente.
Sin mi cuerpo no hubiera yo tenido
el infierno carnal que me dio temple,
por eso en él me quedo, hasta que juntos,
al mismo tiempo nos volvamos tierra.
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