El fuego quemo y consume.
El hielo quemo y conservo.
I
Esta inquietud indomable
de estar sin querer estar
y al pisar otro lugar
regresar inconsolable.
Este anhelar incansable
de partir para llegar
sin nunca poder llenar
mi soledad inmutable.
Este meditar extremo
que inquiere, desesperado,
a lo invisible que temo.
Y en mi fuego, congelado
solo y a solas me queme
en deshielo enamorado…
II
Esta esperanza encendida
que me lanza a caminar
en un constante buscar
la emoción desconocida.
Esta lucha sumergida
de creer y de dudar
y, a mi juventud perdida,
sin que la pueda olvidar.
Este pensar que no sabe
nada de nada y que quiere
que ya la vida se acabe,
y la muerte que no hiere,
y el alma que ya no cabe
y en lenta asfixia se muere.
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