Un dulce llanto espeso,
una delicia informe,
materia que me envuelve y sofoca magnolias,
suave silencio oscuro,
aliento largo y blando.
Las caricias se espesan
(me derramo por ellas),
y, voy por el jardín secreto murmurando,
y, al tocarte, me asombro de que tengas un cuerpo,
y al lazar la cabeza,
las estrellas me asustan con su dura fijeza.
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