Tiras de mí, suave, certero;
vienes del sorbo a borde del labio sediento,
vienes del eco óntico divino,
de la cabal idea, de la espera metafísica
y me enjambras de emociones.
A pique en frenético entregarse
le ofrendo la entraña del volcán,
la tierra fértil, la mirada abierta.
Alud de gozos en el regocijo de los hallazgos,
en el dolorido luchar por ser distintos,
los dos forcejeando por el mundo,
saltándonos los muros, rasgándonos la piel…
Acostados sobre las pancartas
en el abandono del mundo,
siguiéndonos a donde queramos ir;
buscando las metáforas entre los días comunes
por el barullo de las calles vamos,
locos, anaranjados de sonrisas…
Desdesiertos.
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