Desencanto de Antonio Plaza Llamas

Nuestra senda regada está de llanto,
el placer del placer es el suicidio,
detrás de la ilusión está el fastidio
y detrás del fastidio el desencanto.

Lleno yo de fastidio y de quebranto,
sin fuerza ya contra la suerte lidio,
y muerto para el mundo, sólo envidio
a los muertos que guarda el camposanto.

El infierno sus furias desenfrena,
viento de maldición en torno zumba,
que a penar el destino me condena,

y he de pensar hasta que al fin sucumba;
porque es la vida una fatal cadena
que arrastra el hombre hasta la negra tumba.

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