Con lunares postizos como las Silenciosas
paseas por la vulgar barriada de los ricos
vibrando en los incendios del color amarillo
fichando marquesinas y criados
para la fiesta tentacular del fuego.
A pie firme resistes el verano. Mientes
en danés. Acabas la noche ¡oh loca de ojos húmedos!
en imposibles barras de bares periféricos
pidiendo con voz ronca una copa no más la última copa
de espesa menta y una mirada amable
que borre tanta llaga, tanta
bajada a los infiernos, deseados lo sabes,
desde los días dorados de Palm Beach.
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