Duérmete mi niño,
duérmete mi luna,
que arde la estrella:
esa estrella tuya.
Parece que dice:
«Sin duda, sin duda,
yo soy de ese niño;
él viene en mi busca».
Duérmete mi niño,
duérmete mi luna,
duérmete mi estrella
que todo lo alumbras.
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