Si algo ha marcado el rumbo de mi vida
es, sin duda, el deseo,
esa imposible búsqueda de todo
lo que está más allá
a la que debo cuanto de valioso,
hermoso o placentero
encontré más acá
-¡oh cuerpos memorables, volved a mis sentidos!
Mi obediencia ha tenido cuanto al placer me lleva,
aunque cierta mesura
sabe imponerme la sabiduría
-no echar al fuego toda la madera,
que hay que construir mesas y sillas,
y escaleras.
Un cerdo de la piara de Epicuro
supongo que habré sido,
-cosa que, por supuesto, me parece estupenda,
porque creo que somos
una larga pandilla de implicados
los que hemos preferido el amor al poder,
al robo o a la guerra
a lo largo del tiempo,
y que no lo hemos hecho nada mal, francamente.
Añadir un comentario