No sé por qué mi recuerdo te vincula
al lago de Annecy
que visité algunos años antes de tu muerte.
Mas entonces no te recordé, era joven
y me creía dueño de mi suerte.
Por qué puede irrumpir una memoria
tan enterrada no lo sé; tú misma
me has sepultado sin saberlo.
Resurges ahora viva, mas no estás. Podía
preguntar entonces por tu pensionado,
ver salir las muchachas en fila,
encontrar un pensamiento tuyo de cuando aún estabas
viva y yo no lo he pensado. Ahora que es inútil
me basta la fotografía del lago.
Versión de José Ángel Valente
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