Y en el universo,
la curva del tiempo
es mucho más grande que una manzana,
se parece a una línea recta
que el hombre no quiere entender.
Allí,
antes que existieran
tus ojos,
Dios,
la Coca – Cola
y el teléfono,
el universo tenía sentido:
era una lámpara, una manzana,
una fábrica de ladrillos;
era un canto vertido en una copa.
Sin embargo,
el hombre con sus pilares,
parásito bajo el imperio del Sol,
al no poder descifrar su origen,
se llamó hijo de Dios,
para creerse heredero del universo.
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